jueves, 26 de diciembre de 2013

¿Qué es la Formación Integral Humana y Religiosa?


La Formación Integral Humana y Religiosa se constituye en un espacio de vivencia, reflexión, análisis, búsqueda y discernimiento a las interrogantes e  inquietudes profundas y espirituales que se suscitan en la vida de los y las estudiantes. Propicia nuevos aprendizajes, compromisos personales y comunitarios en sus diversos contextos.

Para construir una persona equilibrada en todas sus dimensiones:

    Favorece al desarrollo de una visión integral de la persona en sus características histórico-cultural, humana (antropológico), ético-moral (axiológico), religioso y trascendente.

    Potencia la naturaleza religiosa e  intrínseca de cada persona teniendo como base los valores humanos y cristianos que proceden de la palabra de Dios y persona de Cristo, a fin de encontrar un sentido a la vida.

    Promueve el  hecho religioso como fenómeno que está  arraigado en la vida histórica de nuestros pueblos a la manera de expresiones, criterios, sentimientos, actitudes y valores  enraizados en la  religión cristiana, la cual impregna la cultura dominicana, y así fortalecer la identidad y pertenencia de la misma.

    Promueve  la dignidad inalienable e inviolable de la persona humana, entendida ésta como fruto de la creación Divina, y así el estudiante reconozca su valor como individuo objeto de derechos y deberes, en una búsqueda constante del sentido de su vida, que responde a una relación íntima con Dios.

    Contribuye a la  formación y desarrollo de valores  humanos, trascendentes: intelectuales, morales, éticos, estéticos y religiosos en los y las estudiantes para que los puedan integrar en las actividades de la vida cotidiana.

    Suscita una sana convivencia en el medio social y natural en los diferentes ámbitos afectivos, familiares, sociales, económicos, políticos, culturales y religiosos que favorezcan la construcción de una sociedad incluyente.

    Fomenta la práctica de los valores, la convivencia armónica en la familia, la escuela y el entorno social  desde sí y con los y las  demás para la construcción de una sociedad equitativa, justa y solidaria.

    Presenta a Jesús de Nazaret en su contexto histórico, social, cultural y religioso, su modo de vida auténtica, coherente y honesta, a fin de que los y las estudiantes se sientan atraídos a practicar  esta oferta de vida.

La dimensiones relacionales que privilegia

Lo antes dicho se fomenta desde una propuesta organizada en cuatro dimensiones relacionales que, entroncadas, constituyen el fundamento para la formación en valores y actitudes y una relación  más profundas y equilibradas consigo mismo/a, con los y las demás, con  la naturaleza  y con Dios,  en un proceso de afianzamiento de la valoración de la vida en sus ámbitos  personal, social y espiritual.

a) Relación consigo mismo y misma.

            Esta dimensión propicia que él y la estudiante se descubran como personas únicas e irrepetible, investidas del valor supremo de la vida y de una dignidad sagrada, imagen de Dios, de modo que desarrolle la autovaloración,  la auto aceptación, la identidad,  la autonomía a través del aprecio de sí y de una rica vida interior marcada, entre otras cosas, por la capacidad de silencio, de reflexión y de autocontrol.

b) Relación con los y las demás.
          Esta dimensión responde a la naturaleza social de cada sujeto, busca crear condiciones que favorezcan mejores relaciones  entre las personas, en la diversidad de los ámbitos afectivos, familiares, socio-económicos, socio-políticos, cultural y religioso, entre otros. 

            Así pues aprendan a enfrentar  y resolver conflictos interpersonales, a realizar trabajos colaborativos, a desarrollar su capacidad de organización y a ejercer de manera consciente sus responsabilidades, defender sus derechos y dar cumplimiento a sus deberes.

c) Relación con la naturaleza.

            Esta dimensión pretende responder al don gratuito de la creación de Dios, que nos lleva a desarrollar una actitud de cuidado, preservación y respeto de la naturaleza como casa común (Cfr. Aparecida, Documento Conclusivo, Brasil. Núm. 125.  Mayo 2007).

            Es además lograr el equilibrio armónico de los componentes del medio ambiente que permitan establecer la alianza entre el ser humano y éste, de modo que favorezcan la vida digna de las personas y de su entorno en toda manifestación y circunstancia. 

d) Relación con la Trascendencia.  
            Esta dimensión responde a la búsqueda de la trascendencia como un rasgo natural y fundamental de los seres humanos y muy especialmente en nuestro contexto dominicano de profundas raíces cristianas, que fundamenta el sistema educativo dominicano. (Cfr. Ley General de Educación, 66´97, Art. 4e).

            Esta Trascendencia es conocida como el Dios de amor encarnado en la persona de Jesús de Nazaret, cuyos valores y actitudes señalan una propuesta de vida personal y grupal. Así pues se propicia una relación adecuada de los y las estudiantes con un Dios personal, cercano,  revelado en la Biblia, como un Dios de amor.


En resumen, podemos decir que la Formación Integral Humana y Religiosa es:

    Respuesta a la necesidad de apertura e interrelación de la persona con Dios, con los y las demás, consigo y su entorno natural y social.

    Propiciadora de un diálogo y encuentro entre fe y cultura.

    Espacio para reflexionar las interrogantes que se suscitan en la vida.

    Propuesta de la palabra de Dios encarnada en nuestra cultura como oferta capaz de liberar al ser humano de las opresiones.

    Búsqueda del desarrollo del ser humano en todas sus dimensiones.